La ilusión del Ego/Personaje

Todo comienza cuando llegamos a la tierra y estamos inmersos en el juego distraído de nuestro pequeño personaje, aquel que con su programación nueva nos hace creer que todo lo que percibimos es lo único que existe y estamos allí, jugando a creer que somos algo que no somos.

Nos distrae todo lo que vemos, oímos, sentimos y percibimos, aquello que empieza a mover nuestro cuerpo emocional creando en nosotros sensaciones que van marcando unas pautas de pensamiento que luego se cristalizan en creencias. y desde allí casi sin darnos cuenta empezamos a crear y recrear nuestro espacio, nuestro entorno, jugando con nosotros mismos y  con todo, sin darnos cuenta, moviendo las piezas de un juego casi inconsciente, mientras una parte nuestra grita en el interior por ser escuchada, sin cesar, hasta que, alguna experiencia nos entrega una pausa que nos permite  observarnos, detenernos y entonces allí, encontramos un tesoro escondido: a nosotros mismos.

Entonces ya no experimentamos solo con los sentidos físicos, empezamos a ver más allá, sentir más allá: sensaciones, imágenes y emociones que se escapan de la limitación mental. Nuestra mente en principio tiende a ser muy enjuiciadora, tratando de encontrar a todo una explicación, una razón lógica, un porque, pues no está dentro de los patrones energéticos formados algo que le explique lo que sucede, luego, nosotros vamos enseñándola a aperturarse, a ver más allá, a enseñarle que el control no lo tiene ella, sino nosotros, quienes la creamos para estar aquí.

Aprendemos que, debemos recrearnos a nosotros mismos, tomando el control de nuestras creencias, tanto conscientes como inconscientes, dejando ir por nuestra propia voluntad todas aquellas que ya no necesitamos y tomando deliberadamente aquellas que queremos en forma consciente para pintar, colorear nuestro entorno, por amor a nosotros, porque sabemos que lo merecemos.

Entonces ya no estamos ciegos, pensando que algo externo nos controla, nos limita o aprisiona, porque por fin podemos realmente VER un cuadro más extenso de quienes somos, y no aquel donde solo podíamos ver un pequeño espacio de la totalidad de la pintura que somos.

Lo maravilloso de esto es que, esa pintura puede ser cambiada a nuestro antojo, recreada todas las veces que deseemos, no está limitada, es una pintura en movimiento, que toma vida cada vez que escogemos un color determinado para darle luz y ésa luz se manifiesta en experiencias maravillosas  para nosotros, porque ahora son creadas en forma deliberada y consciente desde nuestro Yo Soy.

Y desde éste Yo Soy que comienza tu vida en plena libertad personal, en amor incondicional, valoración, fidelidad hacia ti, desde donde retomas tu propio poder personal, ya no estás siguiendo paradigmas ajenos, sino el tuyo propio desde tu corazón, ya nadie marca tu ruta, lo haces tú en pleno amor y expansión, tendiendo el conocimiento de tu verdadera naturaleza, ya no como un pensamiento, sino como energía que se siente en cada espacio de tu Ser.

En éste estado puedes observar tu vida, observarla realmente y observarte a ti mismo, aquí ya ves todo el cuadro de quién eres y te sientes satisfecho por eso, porque entiendes por fin que cada color, pincelada y dibujo de tu cuadro lo has hecho solo tú y es Perfecto.

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